jueves, 12 de enero de 2012

FanFic: "Una fracción de segundo". Por: Yari (Eiza)


Oigo unos pasos y me giró.

Ahí esta ella. Vilma.

Se acerca hasta a mi, colgado, donde le dije que estaría, levanta la cabeza, me mira, intenta sonreír y me dice “supongo que tenemos que hablar ¿no?” las palabras son incapaces de salir de mi garganta. En el mismo instante en el que sentí sus pasos, en el mismo instante en que sentí su olor, en el mismo instante en el que me di cuenta de que había llegado el momento, sentí como algo atrancaba mi garganta, como una masa pastosa que yo mismo producía iba espesando poco a poco impidiendo a las palabras salir de mi boca, era el miedo… Impotente, muerto de miedo e incapaz de pronunciar palabra alguna me limite a asentir con la cabeza, ella continua “es lo que se suele hacer en estos casos” y me mira, e intenta sonreír, yo intento esbozar una sonrisa, más que nada para mentalizarme y que no se me escape lágrima alguna, no se ni como habrá salido “¿empiezas tú?” me dice y yo miro hacia arriba y me humedezco el labio con la lengua, sonrío y consigo finalmente que las palabras fluyan “bájame anda” le pido, y veo como ella me baja con cuidado y me ayuda a despojarme de las alas y el arnés, evitando el contacto de sus ojos con los míos, evitando mi mirada, apenas puede mirarme a la cara y eso hace que toda la masa espesa que antes atoraba mi garganta, cargada de miedo se haya trasladado directamente a  mi corazón, busco su mirada nuevamente y ella me mira, una fracción de segundo solamente y quita rápidamente ese contacto visual, pero a veces, una mirada de tan solo una fracción de segundo hace más daño que mil palabras, y es que hay cosas que son inevitables, que no se pueden parar, que tienen que suceder por algún extraño motivo…En mi cabeza, no parar de salir imágenes de Vilma: dándome caña, mientras me grita no se qué de un camarote reservado para estúpidos con un chicle pegado en la frente, peleándose con Estela en las duchas, en la enfermería cuando me salvo la vida, cuando me dijo que se había puesto una coraza para que no le hiciera daño, la cara que se le quedo cuando le regale la cuna de nuestro bebe, cuando vio por primera vez nuestro hogar… y entre todas esas imágenes una frase, una frase que alguien una vez me dijo “si de verdad amas a alguien, déjalo libre, si vuelve siempre fue tuyo, si no, jamás lo fue” y ella suspira, superada por la situación, superada por ser incapaz de mirarme, levanta la vista al frente, cierra los ojos y se dispone ha abrirlos con firmeza, como es ella, pero sin hablar ya me ha dicho todo lo que tenía que decirme, sin hablar, en solo una fracción de segundo…La acaricio la barbilla hago que me mire y le digo “Vilma, es mejor que lo dejemos, que no sigamos juntos ¿no?” ella, con lágrimas en los ojos solo dice “si” y a mi se me termina de derrumbar el alma, la veo enjugarse una lágrima, agacho la cabeza, aprieto los dientes y los ojos con fuerza, evito su mirada, ahora soy yo quien no puede mirarla a los ojos y es ella quien acaricia mi barbilla. Finalmente me abraza, y yo me pierdo entre su pelo, abrazándola con fuerza, sintiendo un dolor tan inmensamente grande e incontrolable, que es como si me hubieran arrancado el corazón y mi cuerpo siguiera moviéndose unos minutos agonizando cual pollo sin cabeza, la aprieto con más fuerza porque no quiero que este abrazo se acabe nunca, porque este abrazo significa el final de lo mejor de mi vida, de lo mas verdadero e intenso que he sentido en mi vida y que jamás podré sentir por otra persona, absorbo el olor de su pelo y me embriago de él, siento el calor de su cuerpo junto al mío y a mi mente ha de venir la parte mala de mi conciencia que se burla de que es la última vez que la tendré tan cerca y yo me desmorono, siento que no puedo aguantar más el peso muerto de mi cuerpo, siento que todo esto duele demasiado, que la pierdo, que han sido demasiadas cagadas, que la quiero, que no puedo dejar de quererla, que no puedo olvidarla, que la necesito, que quiero que sea feliz, aunque no sea conmigo, que necesito verla sonreír, que necesito que ella sea feliz para que todo esto merezca la pena. Contengo las lágrimas con esfuerzo y le bromeo “sabes porque te he dejado” la siento sollozar en mi hombro, intentando contener las lágrimas cuando me pregunta “¿Por qué?” le doy su respuesta con voz dulce “Por que estas últimamente echando mucha barriguita ¿sabes?” ella se separa y nos miramos, me hace un gesto con la boca y yo intento hacerla sonreír “y yo nunca he sido de estar con tías gordas” por fin sonríe, ríe. Vuelve a abrazarme y la beso en la mejilla, me fundo en ese abrazo, quizás el último, la aprieto con fuerza, cariño, nostalgia, miedo, amor...La abrazo como si me fuera la vida en ello, y estrujo los ojos, con fuerza para evitar romper a llorar en cualquier momento.

El abrazo, se termina, porque tenia que terminar, y yo la pongo excusas de que voy a comer algo para que ella se valla primero, la veo marchar, aguanto unos segundos, entro a la cocina y entonces rompo a llorar, me apoyo en la pared y me dejo caer contra el suelo. No se cuanto tiempo he estado ahí, simplemente me levanto y echo a andar, mis pies me llevan hasta nuestro camarote, y abro la puerta, y la veo, sobre la cama, la contemplo solo unos segundos y me voy por miedo a despertarla, aunque siento como si sus ojos me estuvieran mirando a través de la puerta. No soy capaz de ir tampoco al camarote de los chicos, no puedo dormir en la misma habitación que Palomares, no puedo, entiendo que este enamorado de Vilma, lo entiendo, claro que si, quien no lo estaría, es la mejor chica en el fin del mundo, la mejor…Pero no puedo. Entro en una de las bodegas y veo la cama donde dormían Ainhoa y Ulises, dudo que pueda dormir, pero después de un día entero colgado no me vendrá nada mal descansar los músculos.
Me estiro sobre la cama y me siento tan raro en una cama tan grande, tan solo, y sin el olor de su pelo, sin su respiración entrecortada, sin su barriguita que acariciar, sin sus labios que besar, me siento tan vacío….

“HAN VENIDO LOS REYES ¡RÁPIDO DESPERTAD! ¡¡HAN VENIDO LOS REYES MAGOS!!”

Valeria está como loca gritando por megafonía, ha despertado a todo el barco, pero yo no he llegado a dormir, hace rato que me levante de una cama demasiado grande y demasiado vacía, hace rato que espere en la lavandería hasta que vi a Vilma cruzar para ir al baño, hace rato que entre y cogí mi pijama y algo de ropa de abrigo y hace rato también que me quite ese estúpido disfraz de ángel y me puse a vagar solo por los pasillos, recordando a cada paso que daba momentos vividos ahí con Vilma.
Ahora los pasillos están llenos de gente que corre emocionada por ir a ver los regalos. Sol se acerca, me coge de los brazos y me pregunta “¿Estás bien?” Le digo que si y le doy las gracias, para qué decirle que estoy echo una mierda, que no he logrado dormir, que he pasado la noche llorando y recordando, para qué, eso me lo guardo para mi. Estela viene por detrás, me empuja emocionada y me pregunta si escuché lo de los reyes, como para no escucharlo…Sonrío y las acompaño.
Debajo del árbol de navidad improvisado hay un montón de regalos, comienzo a mirar entre ellos buscando alguno que lleve mi nombre, burbuja aparece de la nada, coge el regalo lee la etiqueta y me lo da diciendo mi nombre, lo abro, es una caracola, y veo un poco mas atrás a Vilma, oliendo una bonita caracola, saboreando ese olor a mar, me pongo la caracola en la oreja y bromeo “hay alguien ahí” ella ríe, inmensamente con esa preciosa risa que tiene, con una sonrisa que le llega de oreja a ojera se pone su caracola en la oreja y me contesta a la llamada “¿qué tal estas?” y yo no voy a responderle que estoy como si me faltara un trozo de alma, le devuelvo la sonrisa y nos miramos unos segundos, a los ojos, como ayer no pudimos.
He encontrado otro regalo, un libro, bromeo nuevamente “hace que no me leo un libro…”, y Vilma esta ahí, a mi lado, siguiéndome las bromas “¡y de tapa dura menos!” dice mientras da golpecitos con su caracola en la tapa dura del libro. Y entonces lo veo entrar, lo veo entrar y nos mira, y yo lo miro sin saber de qué forma mirarlo, si mirarlo como el Piti que lo entiende o mirarlo como el Piti que esta herido por el daño que esta sufriendo y que en cierto modo ha venido de la mano de él, de mi mejor amigo. Ella lo mira y yo miro como ella lo mira sintiendo una punzada que nuevamente me guardo para mí, y él se aleja…Entonces empiezan los gritos de Valeria al encontrar los regalos de burbuja, que emocionado empieza a descubrir que todo lo que le pidió a los reyes esta ahí, mientras que los demás, incluidos Vilma y yo nos miramos extrañados sin saber de donde han salido esas cosas.

A diferencia de Burbuja yo no estoy feliz con la navidad, cambiaria todos los regalos de navidad del mundo por volver a estar con Vilma.
Han pasado unos días, unos días insufribles, en los que yo intento hacer como que nada ha ocurrido, en los que yo he pasado de dormir con mi chica, en nuestro camarote, a volver a dormir en el camarote con Ramiro y Palomares. Una situación bastante tensa que me desvivo por ocultar, por tratarlo como siempre, por no guardarle rencor, por no reprocharle nada, por seguir siendo su amigo, pero lo cierto es que por dentro no puedo evitar sentir que me ha traicionado,

Intento mantener mi fachada, que nadie note que estoy destrozado, aniquilado, demolido, destruido, devastado, fulminado… Bromeo, me hago el chulo, río y sigo haciendo el payaso, pero no, no estoy bien, no sigo siendo el mismo, no puedo afrontar la vida que me queda con la resignación de saberla perdida, no puedo verla cada día, tan guapa, tan gordita, morirme por ir y darle un beso, por acariciarle el pelo, por tocar su barriga, por morderle la oreja…. Pero me va la vida en ello. Vilma es mi vida, y si para que sea feliz ha de estar con otro que no sea yo, lo acepto, me extermina, pero lo acepto. Porque lo más importante siempre será ella.

El problema es que no me la puedo sacar de la cabeza, en todo momento son recuerdos, son escenas, imágenes, frases, besos y caricias que se reviven en mi subconsciente. El problema es que Sol no se traga que este bien, que lo ha notado, que se acerca a mi, que se preocupa por mi, que intenta ayudarme, aconsejarme, distraerme y hacerme tirar para delante de verdad. Pero yo no se si quiero tirar para adelante, no se si merece la pena.

Me cuesta tanto respirar cuando Vilma esta lejos de mi.

Me aíslo por momentos en cubierta, hace frío y no suele pasar mucha gente por aquí. Vengo cuando siento que no puedo fingir más, cuando veo que Sol se percata de la realidad con demasiada facilidad, y Vilma no, cuando simplemente me duele verla. Paso horas aquí arriba preguntándome en que momento se fue todo a la mierda. Y a veces simplemente quiero ser egoísta, quiero ir y decirle que la quiero y que sin ella todo deja de tener sentido.
Pero yo soy piti, el payaso, el tonto, el chulo, el que siempre la caga, el inmaduro. Y ella se merece algo mejor, ella se merece todo.

¡Al diablo Piti! La soledad te esta haciendo daño. Te estas volviendo un moñas, no es sano estar aislado todo el día. Además hace frío.

Me levanto del suelo, entro dentro del comedor y los veo a todos sentados en una mesa. Ramiro, Palomares, Estela, Sol y Vilma. Empiezo a andar hacía la mesa, mientras voy decidiendo que lugar ocupar, lo más lejos posible de ella, y de él. Cuando paso por su lado decido dar la vuelta y ponerme enfrente, por lo menos no la tendré codo con codo…

Y entonces, de repente, Burbuja entra al comedor y empieza a gritar:

¡Tierra! ¡¡Hemos encontrando la Tierra!! ¡¡Tierra a la vista!!

Corre hacia el cuadro de mandos se apodera del micrófono y repite el mensaje por los altavoces, por todo el barco retumba la frase, y todos estallamos en alegría.

Ramiro salió corriendo hacia cubierta. Palomares beso la cruz de su cuello, Estela y Sol se abrazaron, y yo, yo ni me di cuenta de que había cogido en brazos a Vilma, que girábamos juntos en el aire, riendo y sonriendo. La cogí de la mano y corrimos ha cubierta ha contemplar la tierra.

Tenia que verlo con mis propios ojos.

Ella se apoyó en la barandilla. Yo hice lo mismo a su lado. Puse mi mano sobre la suya y acaricie con la yema de mis dedos la suavidad de sus manos.

-          No me lo puedo creer
-          ¡Vilma! Créetelo – La cogí de la barbilla y se la levante para mirarla a los ojos – Es tierra ¡Tierra! ¡Tierra Vilma Tierra!

La volví a elevar en los aires, a hacer círculos con ella mientras reíamos y sonreíamos en plenitud. Le seque una lágrima de la mejilla. Y sentí unas ganas irrefrenables de besarla, de amarla. Me contuve como pude y abrace a estela al grito de ¡¡TIERRA!!

Y entonces todo se desato, nos abrazamos unos con otros, nos reímos, hicimos bromas, contamos los segundos, que se hicieron interminables hasta que por fin llegamos a una distancia prudente.

El capitán y De la Cuadra querían hacer una expedición, para comprobar que el lugar era seguro, los demás debíamos esperar en el barco.

Burbuja, Julia, Gamboa, Sol y Palomares fueron con ellos. Ramiro se quedo “al mando” y yo, yo me quede con Vilma y al cargo de Valeria.

Con la niña subida a los hombros fuimos a donde Vilma estaba con Estela.

Vilma se puso a jugar con Valeria, ha prometerle ayudarla ha hacer un castillo de arena en cuanto pisaran tierra, y yo me vi envuelto en la construcción de castillos de arena sin darme cuenta.

Estela se levanto corriendo, señalando al mar

“Ya vuelven”

Cogí en brazos a Valeria, y junto con Vilma nos asomamos por la barandilla mientras observábamos el regreso de la expedición a tierra.

El capitán nos dijo que no había moros en la costa e inmediatamente media tripulación se tiro al mar y echo a nado los metros que les separaban de la idea de pisar tierra, después de tantos meses perdidos en alta mar.

-          No piensas ir a tierra.
-          No pienso dejarte nadar, y hasta que tú no pises tierra, no la pisaré yo.

Vilma me sonrío, yo solté a Valeria que corrió hasta su padre y la abrace.

-          Piti. Usted y Vilma vallan con Salomé y De la cuadra en el bote. Llévense a Valeria y cuídenmela, tengo entendido que le habéis prometido jugar ha hacer castillos de arena.
-          ¿Usted no viene?
-          No pienso dejar el barco solo. Estela, Ramiro vallan ustedes también con ellos.

Nos subimos al bote. De la Cuadra, Salome, Estela, Ramiro, Marta, Vilma y yo.

El trayecto se hizo interminable, eran solo unos metros y Ramiro y yo remábamos con efusividad, pero se hizo eterno. Parecía que cada vez estaba más lejos.

Hasta que por fin llegamos a la orilla, De la cuadra salio el primero, ayudando a salir a Salomé que tenia los ojos como platos. Marta fue la siguiente y sin esperar salio corriendo hasta llegar junto con Sol y los demás. Ramiro y Estela bajaron a la vez ayudándose mutuamente, él contemplándolo todo con calma, al detalle, ella sin parar de hablar, gritando y saltando con efusividad.

Yo cogí la mano de Vilma con una mano, la de Valeria con la otra.

-          ¿Estáis listas pequeñas?
-          Si – Las dos sonrieron ampliamente. Me baje del bote ayude a bajar a Valeria que salio corriendo hasta donde estaba burbuja.

Contemple dos segundos a Valeria correr y al girarme la vi a ella, mirándome a mi. Me sonrió porque sabía que la había pillado. Le ofrecí mis brazos y ella se dejo coger en mis brazos hasta que la deposite en la arena. Quedo de espaldas a mi e instintivamente la abrace por detrás y puse las manos en su tripa. Ella puso sus manos sobre las mías mientras ambos contemplábamos el trocito de tierra que ahora pisábamos. Me acerque a su oído y le susurre “lo crees ahora”. Ella se giro, me miro.

-          No hasta que no haga un ángel

Salió corriendo y yo corrí detrás de ella, cuando estaba apunto de pillarla se tiro al suelo y comenzó ha hacer una figura de un ángel, yo me tumbe a su lado y la imite. Después, empecé a jugar con la tierra, a echársela por encima mientras le gritaba ¡Tierra Tierra Tierra! E intentaba enterrarla, ella se defendió saltándome encima y así, ella tumbada sobre mi, con el pelo lleno de granos de arena, nos miramos, nos contemplamos y solo hizo falta una fracción de segundo, solo una, para saber y comprender que aunque el mundo volviera a ser mundo, no tendría valor ninguno si no nos tuviéramos el uno al otro. Cerramos los ojos y nos dejamos fundir en el mejor de los besos, sus labios calidos sabían a tierra mezclada con amor, saliva, pasión, sal y determinación. Mis dedos llenos de tierra de enredaron en su pelo con cariño, con ternura, separándonos finalmente de ese beso, para acariciar su mejilla, para observar su sonrisa, para mirar en sus ojos y después volvernos a besar mezclando nuestras salivas, nuestro amor y nuestro cariño, y entonces, a medio beso, sentí como nuestra pequeña se movía dentro de ella. Nos separamos y nos miramos sonriendo.

-          ¿La has notado?
-          Si – Lleve las palmas de mis manos hasta su tripa y ella me acompaño, tocamos a nuestra hija y nos contemplamos a los ojos una vez más. – Debe estar celebrando que hemos encontrado tierra.
-          Si – Me acaricio la mejilla – Y que ha vuelto su papi.


Me deje caer en el suelo y ella se acomodo en mi pecho, tumbados abrazados, envueltos en arena como croquetas rebozadas, acariciándole el pelo. Aprovechando que no podía verme una lágrima se escapó de mis ojos solo al recordar sus palabras. Acaricie su tripa nuevamente.

-          Pequeña, Papi esta aquí. Ha vuelto, y jamás volverá a separarse de ti.

El bebe volvió a moverse. A mi se me volvió a escapar una lágrima. Vilma, se incorporó, me miro y con sus labios bebió mi lágrima, para después besarme y dedicarme la mejor sonrisa que me había dedicado hasta ahora.

-          Vilma despierta. Vil. Vil.

Sigo pasando mi mano por su cara y ella no despierta, mi pulgar saciando su instinto comienza a acariciar sus labios. Cierro los ojos. Le acaricio la mejilla. Bajo la mano hasta su barriga, la acaricio con cuidado, zarandeo un poco su hombro. Me inclino y le susurro al odio.

-          Despierta. Ringgggg riiingggggggggg

Vilma abre los ojos, me mira, parpadea, se incorpora un tanto extrañada.

-          Piti…
-          No soy el fantasma de las bragas rotas – Vilma rió y me dio un manotazo en el hombro
-          No era un sueño ¡hemos encontrado tierra! ¡De verdad ha ocurrido!
-          ¡Claro que si marmotilla! estás echa una dormilona, llevo 10 minutos intentando despertarte.
-          Es el bebe. Me da sueño.
-          ¿Qué tal está? – Vuelvo a acariciar su barriga, lo echaba tanto de menos…
-          ¿El bebe?
-          Claro
-          Bien, creo que ahí dentro está calentita.
-          ¿Estás calentita ahí dentro pequeña? – Apoyó la cabeza en su tripa – Dice que esta oscuro y que ya tiene ganas de salir para ver a su mami.
-          ¿Eso dice?
-          Si, también dice que quiere hacer castillos en la arena con Valeria y con Burbuja.
-          ¿Todo eso ha dicho? Buah! Nos ha salido superdotada.
-          Con una madre como tú qué esperabas.
-          ¿He dormido mucho rato?
-          No solo un cuarto de hora, me estoy clavando una piedra en el riñón y ya no podía más.

Vilma se incorporó metió su mano por debajo de mi espalda y saco la piedra.

-          ¡Ala! Ya esta. ¿Jugamos a los castillos de arena?
-          ¡Burbuja! ¡Valeria! ¡¿Hacemos un castillo!?

Al ir hacia la orilla, de la mano, pasamos por delante de Ramiro, Estela, Sol y Palomares, este, al  vernos, asintió sin entusiasmo, pero con aceptación.

Sol me toco un hombro y sonrió ampliamente, Vilma la abrazó lo cual no me esperaba para nada, Estela nos abrazo a los dos y nos estrujo con fuerza, Ramiro puso su mano en mi hombro y acaricio la barriga de Vilma. Parece que todos se alegraban de nuestra vuelta.

Entre risas y barro hicimos un castillo entre todos, decorándolo con piedras y algas. Y escribimos con alrededor:

‘Esta tierra ha sido descubierta y conquistada por la tripulación del ESTRELLA POLAR’



Hoy es un día que estará en la memoria de todos, hemos encontrado un trozo de tierra, de esperanza, de vida. Mañana vamos a empezar a sembrar las semillas que trajo Julia en las cajas enumeradas, y se acabo el estar permanentemente en el mar, aunque tenemos que ir a buscar a Ainhoa y Ulises aún.

Este día pasara a la historia, como uno de los mejores días en la memoria de toda la tripulación, pero para mi, para mi pasara a la historia como el mejor día de mi vida, en el que me reencontré con el amor, con la mujer de mi vida, con mi hija, en el que la sentí por primera vez. Hoy es el día que prometí no volver a separarme de ellas ni una sola fracción de segundo. Y desde hoy, no voy a dejar que nada ni nadie, me haga faltar a mi promesa.

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